La rehabilitación se lleva a cabo cuando una persona experimenta limitaciones en el funcionamiento físico, mental y social, debido a condiciones de salud o el envejecimiento. Es necesaria para cualquier persona que experimente dificultades de movilidad y cognición; en cualquier momento de la vida, desde bebés hasta adultos mayores. Su alcance es muy amplio y las personas con diversas condiciones de salud o deficiencias básicas pueden necesitar rehabilitación física en algún momento del curso de su enfermedad. Ayuda a muchas funciones corporales de movimiento, incluso problemas de pensamiento o razonamiento.

A lo largo de la vida, podemos sufrir diversas lesiones o padecimientos que llegan a afectar nuestra capacidad de desempeño, tales como:

  • Dolor crónico o persistente
  • Fracturas, esguinces, luxaciones
  • Artritis, artrosis
  • Cirugías, quemaduras y amputaciones
  • Debilidad posterior a la recuperación de una enfermedad
  • Lesión medular
  • Trastornos cerebrales, como un accidente cerebrovascular o esclerosis múltiple
  • Parkinson o demencia

Existen otros padecimientos que se desarrollan antes del nacimiento, en los cuales la terapia física también juega un papel importante para lograr un mejor desarrollo motor e intelectual de la persona, ejemplo de ello son:

  • Síndrome de Down u otros trastornos genéticos
  • Discapacidad intelectual
  • Distrofia muscular u otros trastornos neuromusculares
  • Trastorno del espectro autista o trastornos del desarrollo
  • Trastornos o deformidades de la columna vertebral, como parálisis cerebral

La fisioterapia también incluye la rehabilitación deportiva y prevención de lesiones, la cual es indispensable tanto en el ámbito deportivo como en el trabajo, el hogar y la vida diaria en general.

¿Cuándo puede comenzarse la rehabilitación?

Con frecuencia se comienza mientras el paciente aún está en el hospital, recuperándose de una enfermedad o lesión. Si se tiene una cirugía ya planeada, lo ideal es acudir a fisioterapia antes de someterse a dicha intervención para fortalecer la musculatura en general y también tratar los síntomas del padecimiento, de esta manera se busca acelerar el proceso de recuperación.

Al salir del hospital, la rehabilitación debe continuar en el centro de rehabilitación especializado de la mano del fisioterapeuta y también en casa en compañía de sus familiares.

El objetivo de la terapia de rehabilitación es enseñar a las personas a cuidarse tanto como sea posible. A menudo el enfoque se basa en completar tareas diarias como comer, bañarse, usar el sanitario, moverse de una silla de ruedas a una cama, lograr mayor independencia y en general un estilo de vida más activo, así como disminuir la ingesta de medicamentos como analgésicos y antinflamatorios que se utilizan para tratar los síntomas causados por la lesión.

A veces, la meta es más complicada, como restablecer la función completa para una o más partes del cuerpo. Por ello es necesario, ante la aparición de alguna lesión o condición como las antes mencionadas, acudir al servicio de fisioterapia para recibir una valoración y plan de tratamiento que nos ayuden a cumplir, de manera precisa, nuestros objetivos de recuperación, para así tener una mejor calidad de vida sin dolor.

Por: LFt. Sofía Ramos Barbosa